Este criterio considera que un sólido hecho de un material frágil rompe cuando el máximo valor absoluto de la componente normal de la tensión, en cualesquiera de los puntos del sólido, es igual a la tensión última alcanzada en el ensayo de tracción del material. Esto implica que la respuesta de un material sometido a compresión uniaxial es la misma que a tracción uniaxial. En la Figura 5.7 se representa este criterio en el espacio de tensiones principales. Se observa que este criterio supone una superficie de plastificación definida por un cubo, cuyos lados tienen una dimensión del doble de la tensión última del material en tracción uniaxial.
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